La entrada al 2021, llena de emociones

La felicidad, ¿existe o no existe?

Pues parece que el año empieza con emociones intensas. No hay duda.  Llevamos algo más de una semana y hemos visto ya cosas que en 2019 no nos hubiéramos creído. Pero después de 2020, ya estamos preparados para lo que quiera que traiga el 21. Incluso un país paralizado por una tal Filomena que, aunque el nombre no sea de lo más épico, es probable que no la olvidemos nunca.

Filomena nos ha traído nieve y frío. Y sobre todo la sensación de que el año viene fuerte. Así que lo mejor es que nos preparemos.

Que nos preparemos para afrontar lo que sea que traiga el 2021. Porque sea lo que sea lo que venga, lo que va a marcar la diferencia es cómo afrontemos las cosas que sucedan.

Y para ello una parte importante tiene que ver con ser capaces de disfrutar de las pequeñas cosas que nos suceden. Ver en ellas la parte mágica que tienen muchas de las cosas que nos ocurren en el día a día.

La felicidad, ¿existe o no existe?

Uno de los debates que más a menudo escucho con respecto a la felicidad es si existe o no. O, en una derivada de esto, si es posible o no. Y creo que las dos cosas son ciertas, es decir, que tienen razón tanto los que dicen que existe o es posible como los que dicen que no existe o no es posible. ¿Cómo se come esto? Pues porque en realidad hay dos ideas diferentes de felicidad: la cotidiana, o sea, la de las pequeñas cosas, y la absoluta y continua.

Sobre la segunda, me sitúo del lado de los que defienden que no existe. Creo, y que me perdonen los místicos, que no existe el estado de felicidad constante. No es posible ser siempre feliz. La creencia de que se puede ser feliz todo el tiempo, de que es un estado único y constante, es probablemente una de las razones por las que muchas personas no entienden que alguien pueda ser feliz.

Pero es que, la felicidad no es un estado de nirvana en el que entramos un día de repente. Tiene que ver mucho más con la suma de momentos positivos con que nos encontramos cada día

Una vida feliz no es una felicidad total, sino una felicidad cotidiana, una felicidad compatible con las cosas negativas que también nos ocurren cada díaa. Compatible, por tanto, con la tristeza y otras emociones que consideramos negativas o que sentimos como dolorosas. Porque una persona puede estar satisfecha con su vida y sentirse plena aun viviendo circunstancias puntuales en la vida que le hacen daño. Es posible seguir siendo feliz incluso cuando alguien a quien queremos nos lastima, nos defrauda. Podemos sentirnos felices experimentando momentos dolorosos porque somos capaces de sobreponernos.

 

¿Que necessitamos para ser felices?

Nos pasamos la vida pensando en las cosas que nos faltan para ser felices, en las circunstancias que van a llegar: “cuando apruebe”, “cuando me case”, “cuando encuentre novia”, “cuando tenga coche” … Y así hasta el infinito y más allá. Y lo único que conseguimos es no disfrutar del presente, no ser felices con nuestro aquí y ahora. La felicidad está en el camino, no en el destino. Las metas y los objetivos a futuro son útiles, y muchas veces necesarios, pero mientras llegan tienes que poner el foco en el presente y ser feliz en este momento. El futuro no sabemos si vendrá, pero el presente está a nuestro alcance para disfrutarlo como enanos.

Disfrutar y apreciar esas pequeñas cosas, que a menudo nos pasan desapercibidas, es la base para que en el momento de acostarnos pensemos: “¡Qué día tan chulo!”. Cosas como estar con los que quieres, aprovechar los placeres que nos trae cada mañana, leer un libro de esos que no quieres que acaben nunca, jugar con el espíritu del niño que llevamos dentro o disfrutar de la nevada del siglo…

Esto es lo que nos ocurre con muchos momentos de nuestro día a día. Están ahí, tan a mano, que no les damos todo el valor que deberíamos. Esa cocacolilla con un amigo, esa conversación con una hermana, ese rato con una compañera de trabajo… Hay muchas cosas que pasamos por alto en nuestro día a día. Es importante ser conscientes de que durante las 24 horas de cada día podemos sumar felicidad a nuestra vida con pequeños actos cotidianos.

 

La felicidad y los pequeños momentos

Así que, no nos olvidemos de disfrutar de cada pequeño momento. Estamos viviendo momentos emocionalmente muy intensos. En estos momentos una borrasca que probablemente todos recordemos para siempre, porque ha sembrado de nieve lugares donde hacía casi medio siglo que no se veía algo parecido, está atravesando nuestras vidas.  Disfrutemos cada minuto de esos recuerdos que estarán en nuestra memoria para siempre.

¡Claro que hay inconvenientes! Pero no dejemos que estos le quiten el disfrute y la ilusión al niño que llevamos dentro. Porque esas emociones que estamos sintiendo son las que fijarán en nuestra memoria un recuerdo imborrable.

Cuidemos nuestras emociones y cuidemos los recuerdos que esas emociones van a dejar en nuestra memoria para siempre.

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