2021, esperándote emocionalmente preparados

Es un año para pensar más que nunca

Un nuevo año es un momento, no solo de hacer balance, sino de pensar a futuro y todo aquello que vamos a cambiar, mejorar o conseguir. Es un momento precioso en el que todos nos sentimos emocionalmente ilusionados por todo lo que viene por delante.

365 días en blanco, que esperamos llenar de cosas nuevas y buenas.

Y este año es como los demás. Un año ilusionante lleno de cosas por vivir. Pero también es un año un poco diferente.

Porque el 2020 ha sido un año complejo y duro. Un año en el que, emocionalmente, hemos vivido una intensidad como nunca antes habíamos conocido a nivel social e individual.

Hemos convivido con el miedo, la angustia, la ansiedad, la inseguridad… Todas ellas han dejado huella. Y por eso este año empieza diferente.

Como todos los años, éste vamos a proyectar a futuro. Como cuando empieza cada vuelta al sol, nos dedicamos a pensar en lo que nos va a traer. Hacemos nuestras listas, como decía Mecano “de lo bueno y malo” que hemos vivido. Y ponemos todo nuestro empeño e ilusión sobre todo en lo bueno que está por llegar.

Peor como decíamos este año es diferente. Ya venimos con unas vivencias que nos están marcando. Y aunque tenemos muchas expectativas puestas en este nuevo 2021, también seguimos con la resaca de lo vivido y las emociones experimentadas, que, en cierta forma, ahí siguen con nosotros. Por eso nuestra ilusión se mezcla, más que nunca, con la incertidumbre.

Nuestro cerebro tiene un sesgo negativo

Y en tiempos de incertidumbre, como los que estamos viviendo., nuestro cerebro es muy torpe prediciendo el futuro. En momentos de inseguridad, nuestro cerebro tiene un sesgo negativo. Se empeña en amplificar las cosas más desfavorables que nos pueden ocurrir y no se fija mucho en aquellas que a veces pasan en la vida sin más. Aquellas circunstancias que nos ocurren día a día mientras hacemos eso que llamamos vivir.

Y esa tendencia menos favorable de nuestro órgano más importante, ese que rige nuestros pensamientos y desde luego, también nuestras emociones, hace que muchas de las predicciones que hagamos para nuestro futuro más inmediato tengan una inclinación negativa en momentos en los que no estamos seguros de nuestra realidad ni de lo que vienen después.

Cuando nuestro cerebro juega, y juega con nosotros constantemente, si no está tranquilo, y seguro, no nos ayuda nada con el futuro que nos dibuja.

Y eso nos lleva a preocuparnos hoy de cosas que nuestro cerebro imagina para dentro de unos meses. Eso nos lleva a preocuparnos de cosas que luego nunca sucederá; de cosas que él dibuja a su antojo.

Parece inocuo, ¡verdad? Podríamos pensar que, aunque nos preocupemos por la foto que nos traslade nuestra mente, si luego no sucede, todo va a estar bien. El problema es que, aunque luego no ocurra, que nosotros lo imaginemos, tan solo eso, ya es dañino para nuestra salud emocional. Cuando nuestro cerebro se preocupa de algo hoy que va ocurrir en el futuro, nos afecta, y mucho, a nuestro estado emocional de hoy, a nuestra felicidad de hoy

Porque, cómo nos sentimos hoy, cómo es nuestra felicidad en estos momentos, no viene solo impactada por lo que nos ocurre en este mismo instante. Viene impactada por nuestro pasado, pero también por la percepción que tenemos de lo que queda por venir.

Así que, sabiendo esto, es muy importante que entendamos que algunas de las emociones que sentimos hoy, algunos de esos sesgos negativos hacia lo que esperamos del futuro, vienen de un arte adivinatorio de nuestra herramienta más compleja, más bella, pero también más tramposa con nosotros mismos, nuestro cerebro.

Es importante conocernos y conocernos bien

Por eso es importante conocernos y conocernos bien. Conocer dónde nos pone los trucos nuestra mente, donde maneja lo que pensamos y lo que sentimos. Porque está bien que nuestro cerebro juegue con nosotros. Ha sido un aspecto clave nuestra evolución. ¿Pero no sería mejor que consiguiéramos que jugar a nuestro favor?

Y para eso, tenemos que conocernos, tenemos que conocerle. Conocer y entender nuestras emociones y cómo nuestros pensamientos impactan en nuestras emociones. Porque nuestros pensamientos presentes pasados y futuros conforman cómo nos sentimos. Como nos sentimos conforman cómo actuamos. Y como actuamos conforma quiénes somos y sobre todo, cómo de felices no sentimos.

Así que este es un año para cuidarnos emocionalmente. Hemos sufrido mucho en este ámbito. Y tenemos que dejarnos sanar con tiempo. Y para eso es importante que, especialmente este año no le dejemos a nuestro cerebro jugar con nosotros. O sí, pero a nuestro favor. Que no nos imagine un futuro peor; para eso, es preferible no jugar a ser adivinos. Que no le dejemos decirnos que todo va a ir a peor, que no va a salir bien o que no vamos a conseguir lo que llevamos tiempo intentando. Ni él ni nadie lo saben. ¡Solo faltaría que le dejásemos boicotearnos desde dentro!

Es un año para pensar más que nunca

Es un año para pensar más que nunca en lo que podemos hacer hoy para que, venga lo venga, estemos mejor preparados y seamos mejores personas. Es un año para ilusionarse sabiendo que somos tremendamente resilientes. Lo hemos demostrado.

Y es un año, este más que nunca, para disfrutar de lo que tenemos hoy, de cómo somos hoy y de todas las personas que tenemos a nuestro alrededor. Porque esas relaciones sociales son la base de nuestro bienestar emocional, de nuestra felicidad.

Que tarde lo que tarde este maldito bicho en marcharse, seamos capaces de que nuestras emociones, pensamientos y comportamientos nos conviertan en un mejor ser humano en esta nueva vuelta al sol. Y que la lista del año que viene de cosas buenas sea tan larga que compense muchas de las cosas que nos ha robado este 2020.

2021, te estamos esperando con toda la ilusión y esperanza del mundo. Pero lo más importante, te estamos esperando emocionalmente preparados. Por si te da por hacer cosas raras, como a tu predecesor.

¡Felicísimo año nuevo a todos!

Escribe un comentario

Tu dirección de email no será publicada. Los campos con * son obligatorios