El registro de la jornada laboral a lo largo de la Historia. La jornada laboral de 8 horas

Los hitos más importantes en la evolución histórica del registro de la jornada laboral.

Evolución histórica del registro de la jornada laboral

El origen del fichaje se remonta a varios cientos de años atrás. Que a día de hoy se tenga este tipo de jornada, incluso otras mucho más aventajadas a nuestro tiempo, es fruto de un largo proceso de lucha de los derechos de los trabajadores. Hagamos un breve repaso de los hitos más destacados en la evolución histórica del registro de jornada laboral, entre ellos la instauración de la jornada laboral de 8 horas.

La primera vez en la historia que se aplicó una jornada laboral de 8 horas fue con el reinado de Felipe II, a finales del siglo XVI. Todo comenzó por su preocupación sobre algo tan básico como la salud en el ámbito laboral y, aunque no fue de forma generalizada, se aplicó a aquellos trabajos de exposición permanente al sol o por largas horas. Este sistema dio resultados positivos y se trasladó rápidamente a la población minera, un sector que a lo largo de la historia ha mantenido un vínculo muy estrecho entre vida privada y profesional. Algunas de sus consecuencias son la larga lista de lesiones y enfermedades graves derivadas de difíciles condiciones de higiene y ergonomía: temperaturas extremas, inhalación de gases, vapores, virus, bacterias, hongos, etc.

Otro gran hito histórico del registro de la jornada laboral fue la revolución industrial nacida en Gran Bretaña en el siglo XIX. Por aquel entonces las jornadas eras las más duras y extremas posibles. Una jornada podía llegar a una media de 16 horas diarias, sin olvidar las condiciones infrahumanas que tenían los trabajadores: insalubridad, hacinamiento, escasez de recursos, en definitiva, las condiciones humanas más precarias posibles.

El empresario británico Robert Owen fue un símbolo muy importante en el desarrollo y avance de los derechos de los trabajadores. Owen se dio cuenta de que las condiciones que arrastraban sus trabajadores no podían acabar bien de ninguna de las maneras. Redujo la jornada laboral a 8 horas diarias, mejoró las condiciones en materia de seguridad y elaboró los primeros planes para cuidar la salud de los suyos. De hecho, fue él quien estableció que el empleado debía trabajar una jornada de 8 horas, descansar 8 horas y tener 8 horas de ocio, ¿Recuerda esto a algo?

Esta forma de tratar a sus trabajadores consiguió que Gran Bretaña fijara una media de 10 horas al día de jornada laboral, un efecto dominó que llegó al resto de países desarrollados como Francia y Estados Unidos.

Será en los primeros años del siglo XX cuando, en esta evolución histórica, la jornada laboral llega a España. Una serie de huelgas continuadas por un despido colectivo llevado a cabo por la empresa Riesgos y Fuerzas del Ebro provocó que naciera una ley que estableció la jornada laboral en 8 horas diarias.

Las siguientes décadas fueron vitales para que los ideales y objetivos que se tomaron como referencia se asentaran y comenzaran a ser un derecho y costumbre entre la población activa.

La situación actual ha provocado numerosos cambios en la forma de trabajar y, por tanto, en la forma de registro de la jornada, siendo necesario adaptarla a los tiempos que corren.

Hasta hace prácticamente diez años la gran mayoría de empresas no registraban sus jornadas laborales. Las únicas que sí lo hacían era por necesidad y estaban ligadas a empresas de producción donde los jornaleros cobraban según la jornada realizada.

Un sistema que perduró durante años y que, a día de hoy, es difícil encontrar en las empresas era el sistema de fichaje conocido como reloj de fichar. Éste consistía en una máquina con reloj incorporado. El jornalero disponía de una tarjeta de cartón personalizada y la introducía en la máquina para que ésta imprimiera la hora en la tarjeta.

La máquina cada día desplazaba una fila para poder imprimir tanto el fichaje de entrada como el de salida. Al lado de la maquina existía un tablón con departamentos individuales para que cada jornalero pudiera guardar su tarjeta de fichaje. El sistema tenía un funcionamiento simple pero duradero en el tiempo, por tal motivo convivió durante casi un siglo.

¿En qué momento de la evolución histórica del registro de la jornada laboral cambia todo a cómo lo conocemos hoy?

Tras la invención de la telegrafía y el teléfono a mediados del siglo XIX, el pistoletazo de salida se produjo a finales del siglo XX con la Era de la Transformación. Es el punto de inflexión donde se fundará el internet global.

La década de los 2000 o la Revolución Científico-Tecnológica, como comúnmente se la conoce, se caracteriza por la aplicación de la tecnología en todos los ámbitos de la vida, especialmente en el ámbito laboral.

A día de hoy no es nada raro decir que se ficha con el móvil o simplemente ponemos nuestro rostro delante de una cámara. Todo esto era prácticamente impensable y pertenecía a las películas de ciencia ficción. Muchas de estas situaciones que parecen irreales hoy se encuentran entre nosotros.

Un buen sistema de control de tiempo de trabajo es aquel que permite adaptar su tecnología a los procedimientos de la empresa, con todas sus casuísticas y posibilidades.

Las nuevas tecnologías en la historia del registro de la jornada laboral

Hace aproximadamente un año las empresas vivieron un momento histórico: a partir del 12 mayo de 2019 tenían la obligatoriedad de registrar el fichaje de sus empleados. Con la nueva normativa llegaron los miedos, incertidumbres, las dudas en materia de protección de datos y, por lo tanto, la mala información.

Una solución rápida como respuesta a la nueva normativa fue el fichaje en papel. Éste no es el mejor sistema; los empleados caen en malos hábitos y las empresas lo único que quieren es tenerlo todo en regla ante una posible inspección. Además, existen otras contras como la impresión en papel, gasto de material fungible y aumento de horas por parte del técnico responsable para disponer de toda la documentación de acuerdo a lo que marca la normativa.

En la sociedad actual, en cuestión de pocos meses, se pasó de tener un sistema o dos de registro de la jornada a múltiples aplicaciones y software que registraban las jornadas de los empleados. La gran mayoría de estas aplicaciones presentaban errores y, sobre todo, no eran extrapolables a la metodología de la gran mayoría de empresas.

Pero como todo en esta vida, sí existen buenas APP para control horario que implementan sistemas de control de la jornada y del tiempo de trabajo realizado, solo tenemos que saber dónde buscar. Existen software especializados en la gestión de fichajes y tiempo de trabajo de los empleados que ofrecen múltiples posibilidades para que cada empresa se adapte a la que mejor le convenga.

Un buen sistema de control de tiempo de trabajo es aquel que permite adaptar su tecnología a los procedimientos de la empresa, con todas sus casuísticas y posibilidades, ya que existen infinidad de tipos de jornadas: 12 horas continuadas (guardias,) de 24×7, nocturnas, festivas, compensación de horas… esta variedad muestra la importancia que tiene el saber elegir la forma de control más adecuada.

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